Las cookies nos permiten ofrecer nuestros servicios. Al utilizar nuestros servicios, aceptas el uso que hacemos de las cookies.
Más información












DIAS ONLINE

Contribuyentes

sábado, 14 de marzo de 2009

Patria o muerte en Israel


Un amigo y colega muy confiable jura que observó hace un par de años el siguiente incidente en los territorios ocupados por los israelíes: un médico palestino con una necesidad urgente de un permiso para viajar intentaba persuadir a un soldado emplazado en un puesto de control que le permitiera continuar hasta el siguiente pueblo. El médico habló primero en hebreo, un idioma que conocen muchos árabes, pero no recibió respuesta. Luego intentó en inglés, que es algo así como la lingua franca local. Por segunda vez, el soldado no le respondió. Después de un desagradable intervalo, el médico descubrió que la única palabra que el soldado israelí conocía era “no” y el único idioma en el que podía hablar era ruso.

Invito al lector a hacerse una idea de la vida en un territorio ocupado en el cual el hostil soldado del país vecino ni siquiera habla el idioma del Estado en que revista bajo bandera. En Israel es un secreto a voces que decenas de miles de inmigrantes rusos usaron documentación falsificada como un medio para salir de su país de origen amparados por el “derecho a retornar” a las tierras de sus ancestros.

Si uno es un ex portero de discoteca nacido en la ex república soviética de Moldavia, como es el caso de Avigdor Lieberman, puede radicarse en Tierra Santa y convertirse en el líder de un partido que propone instituir un “juramento de lealtad” no sólo para los ciudadanos árabes del Estado de Israel sino para todos los judíos miembros de sectas religiosas ortodoxas que no se consideran sionistas. Este grotesco partido, llamado Israel Beiteinu o “Israel es nuestro hogar”, tiene ahora una enorme influencia y su líder es el poder detrás del trono en el proceso electoral israelí.

En sus primeros días como inmigrante en Israel, Lieberman fue miembro del Kach, el histérico grupo conducido por el rabino Meir Kahane, que estaba obsesionado con la vida sexual de los árabes y exigía su “transferencia”. Lieberman ha refinado ahora su posición, proponiendo un canje de territorios y de personas que se acercaría más a una partición o inclusive a una solución con dos Estados. Pero como todo este tipo de propuestas, deja una gran cantidad de árabes controlados por los israelíes, ya sea en Cisjordania o en Israel. Dudo que Lieberman sea realmente serio cuando habla de negociar “la tierra por la paz”. Inclusive se enfrentó a Ariel Sharon cuando éste era primer ministro y propuso la retirada de Gaza. Si hubiera dependido de Lieberman, todavía habría colonos israelíes en la Franja.

Lieberman cambió el tono de la discusión al cuestionar la presencia de los árabes israelíes, que gozan del derecho a la ciudadanía y del voto como también del privilegio de vivir bajo la bandera israelí. El mejor libro sobre esta interesante y descuidada comunidad fue escrito por el novelista israelí David Grossman en 1992 y se titula Sleeping on a Wire. Contiene excelentes datos –por ejemplo, más árabes israelíes que judíos norteamericanos hablan hebreo– y algunas reflexiones memorables sobre el lenguaje y su relación con la literatura y la cultura. Todos nosotros recordamos que Maimónides escribió en un árabe fluido, pero tal vez es menos conocido que “el poeta árabe israelí Naim Araideh dice con exaltación: ‘¿Saben qué significa para mí escribir en hebreo? ¿Saben qué significa escribir en el idioma en que fue creado el mundo?”’.

Uno podría agregar que los cohetes de Hamás y Hizbulá también caen sobre estas personas en Jaffa y en otras ciudades de Israel del mismo modo que caen sobre los israelíes drusos y armenios. Los nexos que ligan y escalonan las discrepantes demandas a la tierra de Palestina son tan fuertes como también sutiles. Es por eso que Grossman estuvo tan deprimido al descubrir, al final de su libro, que el recuerdo de 1948 todavía era vívido incluso entre los más exitosos y prósperos árabes israelíes y que todos ellos no se sentían seguros y temían secretamente un retorno a las demandas para su expulsión. Ahora presenciamos el ascenso de un bruto demagogo que pidió la ejecución de los miembros árabes elegidos al Parlamento de Israel si se reúnen con Hamás, y sus seguidores gritan en sus actos “Muerte a los árabes”.

El estilo esencialmente totalitario e inquisitorial de Avigdor Lieberman puede ser inclusive más notorio en su insistencia de que los judíos devotos, no sionistas, también presten un juramento de lealtad al Estado de Israel bajo amenaza de perder el derecho a la ciudadanía. Eso elimina de raíz la idea de que los judíos están presentes en Jerusalén desde tiempos inmemoriales y que sus derechos no dependen de ningún Estado o ideología. Que se avergüence Benjamin Netanyahu si hace una alianza aunque sea temporaria con Lieberman. Tan cuestionable como es el “derecho al retorno”, no puede nunca conferir el derecho a expulsar.

1 comentario:

  1. Pica Miel te haré sitio en la faviconera, pero únicamente podre incluir uno de tus blogs, pasame tus datos. Saludos.

    ResponderEliminar

DISEÑOS

Entradas populares

ultimos videos subidos



Argentina
pais de Ratones?

video
nuevo:


pintura y vida de Xul Solar:
http://notismiel.webcindario.com/XULSOLAR.htm

mis paginas web ( scrips, flashes, animaciones, musica y videos)

LISTADO DE PAGINAS WEB SUBIDAS HASTA EL MOMENTO.
 
Ir con INTERNET EXPLORER SOLAMENTE PARA VER Y OIR LOS SCRIPS:
 
 
 
VIDEOS